Desde tiempos remotos siempre se ha hablado de esta realidad, el bien contra el mal, lo negativo frente a lo positivo, la luz frente a la oscuridad. Hoy día en estos tiempos tan turbulentos el bombardeo de información es tan grande que muchas veces el criterio de lo bueno y lo malo se encuentra entre una línea muy delgada, pero es allí cuando «debes confiar en tu corazón», dentro de ti habita la luz, confía en que así es y no permitas que se apague.
Ante la injusticia se debe alzar voz, respetando siempre la dignidad humana, la individualidad de cada quien. A través de nuestros valores, nuestras acciones, y nuestra postura en pro del bienestar propio y de los demás debemos convertirnos en faros para los que están a nuestro alrededor.
Elige ser la luz que este mundo necesita, como dice el viejo refrán, “haz bien y no mires a quién”. 🙂